martes, 9 de marzo de 2010
Para N.D.
Gloria al hombre que logra transmutar su dolor en creación. Su dolor en olvido y en camino a seguir. Volver de los pequeños infiernos del ser humano y hacerlos poema. Gloria al hombre enamorado del principio y de los confines. El lamento es ancla que hay que hacer que flote que se libere que se vuelva un ancla de polvo y de respiro. Hasta hoy caí en el juego cruel de los espejos de alabanza hueca. Por fin escucho palabras de sabiduría en boca de una joven sacerdotisa que trae en sus manos un fuego nuevo y que sana.
El otro día a la hora en el que la tarde entra a mi cuarto ella me tomo entre sus brazos y me curó y me salvó y sacó de mi todo mal y me dejó transparente y vacío para ahora llenarme con flores de futuros cósmicos nacidos inevitablemente del caos.
Aprender a guardar silencio, aprender a ver que hay caminos sobre el mar. Aprender a que la ira se convierta en poema, en canción, en creación. Dormir con la paz de los hombres buenos. Salvar los enojos y hacer del llanto la risa viva del hombre resucitado. Gloria al dos veces muerto y dos veces vivo. El amor nuevamente hace de mí un genio, un buen genio con bonanza. Qué importa ahora los malos poetas los corruptos los enfermos de un poder pequeño miserable mortal. Qué importan ahora las asociaciones de escritores o de artistas tan malos como tan pobres llenos de miedo. Toda lucha está en la felicidad de la creación, en el plasmar palabra, obra y pensamiento en cada huella que uno deja en la tierra. Los veré por sobre mi hombro y me dará risa el haber jugado con ellos. Los malos poetas.
Ella mi primavera, mi luna roja, mi corazón blanco. Mi camino a Lisboa. Ella poeta y maga. Ella risa del conocimiento. Ella vientos alisios. Reconocimiento del juego y del sueño en letras del fuego negro. No tengo que hacer preguntas ella me contesta sin decir yo nada sin que nada ella diga. Lo que ayer comenzó con violencia en otra parte en otros días es ahora la ternura quien da profundidad a mi visión. Nada ya queda para lo pasado, sólo las hojas sobre la tierra. Ahora me dice ella que los árboles crecen al revés y yo los veo de esa forma y vuelo por debajo de la tierra.
Gloria al hombre enamorado de los abismos de lo posible pues le es dado alas para ser libre. Gloria a quien se libera del dolor y de la monotonía. De la falsa magia y de la falsa poesía.
Gloria a quien se descubre nuevo y bello. Bienaventurado el Mesías Salvaje y su genio del amor universal y fraternal.
Ahora al entender todo dejo mi antiguo cuerpo, mis miedos, mi violencia y mi ira.
Dejo lo triste, lo malo, lo podrido en la palabra, lo terreno.
Gloria a quien pertenece ahora al mar y sus creaturas. Ahora al escuchar la voz de ella. Ahora al oírla escucho el latido del corazón de sus poemas.
Gloria al hombre enamorado de quien es imagen, destino y poesía. Ella.
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