
El poeta pobre de Spitzweg
Dentro de la imaginación más común, se ve al poeta desprotegido de todo bien y con todos los males posibles. Como si después de Eva y Adán, el poeta fuese el tercer desterrado y descielado del paraíso. Antes creía esto también, que de alguna manera y de muchas formas el destino del ser que decide dedicar su vida y muerte y obra a la poesía, sería el de ser pobre de bienes materiales y rico en conciencia y en espíritu.
Oh luz del saber! que a sus hijos da la claridad prometida. Así en elcamino me encontré con otros tantos que creían lo mismo y entonces confirmar que para "ser poeta" hay que sufrir.
Y el camino de espinas seguí y en condiciones infrahumanas viví y contento estaba con mi sufrimiento y mi pasión por los poemas. De la manera más romántica pero sin títulos nobiliarios ni el dinero de sus rentas pero con sus fantasmas y amadas en el otro mundo y su espiritualidad para espantar a los mediocres de alma.
Afortunadamente esos calambres poéticos pasaron y transmutaron en otro tipo de conocimiento. He de decir que para mi propio bien y con el egoísmo que me caracterizaba, encontré o me encontraron en mi camino a varios maestros que no ostentan el título de maestros no porque no los tengan sino porque son muy humildes, humildes en el mejor sentido de esta palabra sin la falsa humildad de la que habla Sábato.
Así que encontré maestros, maestras y demás seres luminarios y oscuraditos de los que bebí como en una fuente extraña, bebí grandes tragos de dolor y de paciencia y de trabajo y más trabajo. De dónde más se obtiene lo que ya se tiene sino del trabajo que cuesta sacar todo a la
luz.
Así que todo se fue a la poesía y de la poesía todo retorna.