domingo, 20 de febrero de 2011

Cuando el poeta encuentra a sus poetas









Cuando el poeta encuentra a sus poetas: felicidad. No existe nada más que buscar porque todo se encuentra en un orden y el caos desaparece. Lo que tenía valor máximo en otros tiempos queda en un estado mínimo de importancia y nueva luz se acomoda en los brazos del corazón del hombre. Todo se calma, todo se detiene, existe la respiración y la paz en cada segundo. La tempestad deja restos del barco destruido, en este caso la tempestad pasada dejó al poeta entero y sólo se limpió los ojos para darse cuenta de que existe y es feliz. Algo se perdió en el pasado, algo que no se extraña.
La fuerza se vive más si no se vive en las repeticiones, hay que saber cuándo dejar de repetir las mismas cosas, los mismos sitios, los mismos nombres, hay que aprender a decir nuevas cosas y dejar el repetir en su vuelta tras vuelta tras vuelta. Ocupar nueva lengua.
Nada qué extrañar, la poesía conserva su rumbo, el poeta conserva su misión y junto con nuevas sonrisas y abrazos el poeta muerde al futuro pero ya no sangra.
Ahora es luz lo que florece en sus pestañas.
Nada importa mas que el poema en las personas, todo se vive, todo se respira, todo se está escribiendo. Afortunadamente. Cuando el poeta encuentra a sus poetas.

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