jueves, 15 de marzo de 2012
Uno de Brecht por dos de Poesía Inconexa
Bertolt Brecht/ Uno de dos de tres: Diálogos desde 1921 con la Poesía Inconexa:
Para los poetas con miedo que siempre han existido y que siguen existiendo y que piden con voz temblorosa: “No lo hagas, no cambies nada, ¿para qué pelear? mejor dedícate a tus poemas…” contesto como si platicara con Brecht:
Los ritmos irregulares dan la oportunidad al poema de que adopte su propia forma, la forma que le dicta su emoción. Yo nunca sentí que apartarme de los ritmos regulares significara que me estaba apartando de la poesía. La estética prevaleciente quería restringir la poesía a ser una mera expresión del sentimiento y, la verdad, no me impresionaba mucho lo que leía de mis contemporáneos, ni tenía en mejor estima a la estética de mi tiempo. El resultado fue que aparecieron nuevos caminos…
Esos caminos son los que la Poesía Inconexa ha encontrado sanos y salvos, afortunadamente, y que la poesía del estado con su estética inamovible no han logrado obstruir. Es increíble como durante tantos años los poetas del erario público no han dejado respirar libremente a poetas como Ramón Martínez Ocaranza, Juan Martínez, Orlando Guillén, José Vicente Anaya, Jesús Arellano, algunos infrarrealistas y otros poetas mexicanos que andan por esos viejos vicios de los descubridores de Raros o como yo los llamo: Los Yacientes. Así nos daríamos cuenta que con estos poetas se inicia una verdadera estética que podríamos llamar Poesía Mexicana.
Un poema de Bertolt Brecht:
Malos tiempos para la poesía
Sí, lo sé: sólo el hombre feliz
Cae bien. Su voz
Es dulce al oído. Su rostro es agradable.
El árbol del jardín
Muestra que la tierra es pobre y sin embargo
Los paseantes lo maldicen por esto mismo.
Y con razón.
Nadie nota los barcos verdes ni las velas bailarinas
Del estrecho. Y de todo esto
Sólo miro la vieja red del pescador.
¿Por qué sólo me acuerdo
De una campesina encorvada a los cuarenta?
Los pechos de las jovencitas
Son tan cálidos como siempre.
(El silbido del viento entre los alisos
Sería más que suficiente.
¿Por qué, entonces, sólo puedo pensar en la guerra?)
En el poema, una rima
Me parecía casi una insolencia.
En mí combaten
El placer ante un manzano en flor
Y el espanto por lo que dice el pintor de brocha gorda.
Pero sólo el segundo
Me hace volver a mis tareas.
Pintor de brocha gorda, poeta de brocha gorda, no tengas miedo ni sufras temores porque exista otro tipo de poema. La libertad creativa no es un derecho, la libertad creativa es la existencia misma, es el todo. Y esa libertad se vive y ¡ya!. Así presenciar el nacimiento y que se manifieste todo tipo de voces y estilos no es ningún peligro para la poesía, por el contrario es el humus que la nutre. Den paso caballeros de los ojos policiales a que anden los poemas y los poetas que quieran estar desnudos y sucios. Todo, ya lo deberían de saber, es pasajero. Relajación por el resto de nuestros días.
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